La música, que como cristianos producimos o ejecutamos; ya sea en un concierto, o en la iglesia e incluso en un grupo pequeño en un hogar; debe ir acompañada de algo más que solo notas musicales y ritmos.
Como he escrito antes, nuestra relación de intimidad con Dios, determina el fluir del Espíritu Santo a través de nuestro cantar (o tocar).
En 1997, cuando recién comenzaba en este hermoso mundo de la música, el Pastor y el liderazgo de nuestra iglesia organizó una CAMPAÑA EVANGELISTICA en nuestra comunidad en San Pedro Sula.
En nuestro ministerio musical, mis amigos Nelson Laínez, Denis Chirinos y yo, (Bajo, Batería y Piano) eramos músicos que apenas conociamos 6 o 7 canciones y nada más.
En nuestro ministerio musical, mis amigos Nelson Laínez, Denis Chirinos y yo, (Bajo, Batería y Piano) eramos músicos que apenas conociamos 6 o 7 canciones y nada más.
Habíamos formado un hermoso grupo mas que musical, de AMIGOS entre cantores y "músicos" (eramos tan nuevos que lo escribo entre comillas); y habíamos también desarrollado un hábito de reunirnos a buscar el rostro del Señor en las tardes y noches.
Para este evento, sentíamos mucha inseguridad técnica y hasta miedo escénico por tratarse de un evento al aire libre, con personas que normalmente no asistían a nuestra iglesia. Al sentirnos de esa forma, entrabamos en tiempos de ayuno y oración mas fuertes, buscando el apoyo y respaldo de Dios para la campaña.
Llegó el día, montamos el pequeño y hasta limitado equipo musical con el que contábamos; estabamos "preparados" musicalmente y CONECTADOS espiritualmente con el Autor y Consumador de la fe.
Iniciamos la alabanza, seguimos con la adoración y, llegado el momento que nuestro Pastor presentara el evangelio, él subió a la tarima y dijo: "Todo aquel que quiera recibir al Señor en su corazón, levante su mano"; con apenas 17 años y sin nada de experiencia en eso, me pregunté "¿y la predica?"... Luego miré que muchas personas lloraban, levantaban su mano y recibieron a Cristo en su corazón.
Esta experiencia me marcó para siempre, entendí que lo nuestro no es simplemente música; entendí que debe estar cargada de relación e intimidad con el Creador.
Entonces, en esta ocasión quiero insistir y animarte a ti querido lector, a que aumentes el nivel de intimidad con el Señor.
Dios es capaz de hablarle a las personas a través de una canción, en reiteradas ocasiones, personas se me han acercado despues de un tiempo de alabanza y me han dicho: "El Señor Jesús me habló y me mostró lo que debo hacer..." o "Dios me está llamando a servirle, lo he sentido en el momento de la adoración"... etc.
¿Por qué llamé entonces a este artículo (Alabanza profética y Evangélistica?
Creo que la respuesta está dada...
Con tu música, Dios puede liberar, hablar, guiar y convencer; pero para eso, nuestra música debe estar llena del Espíritu Santo ("Él les guiará a toda verdad...")
- Recuerde lo que ocurría con Saul y su tormento, cuando David tocaba el arpa
- En ocasiones Dios ordenó que los músicos y cantores marcharan al frente del ejercito en una batalla y por medio de esta música, Dios confundía y derrotaba al enemigo.
- David, un enamorado de la música pero por sobre todas las cosas, enamorado del Señor, fue llamado por Dios mismo como "Conforme a mi corazón"
Por medio de nuestra alabanza, Dios rompe cadenas, llama a los perdidos, libera al oprimido y llena de alegría el corazón.
Recuerda: NO ERES UN SIMPLE MÚSICO, Y ESO NO POR TU TALENTO, ERES UN MINISTRO DE LA PRESENCIA DEL SEÑOR.
A Dios sea la Gloria!!
Espero seguir siendo de bendición!!!
Gracias ! De mucha bendición!
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